Daniela


Hoy vengo a confesarme ante usted, vengo a decir la verdad en cada una de mis palabras, sin tabúes, ni rodeos, vengo a decirte que te amo y te deseo.

He pecado debo admitirlo, y por eso me confieso, porque quiero sacar a la luz lo que nunca debí callar. No sé si quieras ser mía, como yo quiero ser tuyo, pero... si te permites elegirme, entiende que me acercaré a ti para tenerte entre mis brazos y asi apreciar el brillo de tus ojos, recoger  ese mechón que cae de tu cabello con suavidad, y sin titubeos ni restricciones detallar la forma de tus labios el segundo antes de besarlos, pues hoy tus labios serán míos y con ellos mis latidos serán tuyos, juntos bailarán  al compás del sonido de nuestros corazones, ya que con el primer beso prenderemos fuego a la pasión y el amor de dos amantes despistados que siempre han deseado estar juntos aunque nunca se permitieron acercase.

-"¿Confías en mi? " te preguntaré y de ser así, permíteme gozar de la dicha de ver tus prendas caer como hojas cayendo al suelo en otoño, desvistiendo tu piel despacio, desbordando tu sensualidad frente de mí.

Lo único que me importa eres tú y siempre serás tú, acércate a mí, yo siempre he querido recorrer el mundo y ¿Qué mejor mundo a recorrer que el tuyo? Explorar de polo a polo tus fronteras, apreciando tus montañas y valles, tus dunas y selvas, disfrutar tus mares, los cuales crearán vorágines con el choque de nuestros mundos, si hoy me pierdo en ti, toda mi vida estaré feliz.

Hoy no vamos a tratar de comprender el amor pues esa es la mejor manera de no hacer nada, hoy lo vamos a lograr, entenderemos lo que es el cielo mientras creamos el infierno entre las llamas de nuestra pasión. Así que suéltate el cabello, salta encima de mí y embriágame con tu ser, pues a partir de hoy seremos cura y adicción para el otro con cada respirar. Cada acción será parte del apocalipsis, los besos en tu cuello crearán tsunamis, las caricias sobre tu espalda quemarán los bosques, acabando con tu oxígeno y robándote el aliento, mientras que nuestros roces serán el epicentro de los temblores que recorrerán tu cuerpo provocando erupciones de goce en todo tu mundo, el cual será destruido y creado cada día.

No importa haber sido el primero en tu vida, ni tu la primera que pasó por la mía, sin embargo, nos convertiremos en lo primero que nuestro corazón busque cuando se trate de amar, mientras anhelamos cada domingo despertar lado a lado, pues nunca habrá un fin si nuestro cometido es amarnos y ser feliz. 

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